sábado, 24 de enero de 2009

CARNAVAL DE BLANCOS Y NEGROS


Origen

Pachá Carnaval carroza ganadora del Desfile Magno de 2006, entrando a la Plaza del Carnaval
El carnaval moderno propiamente hablando, nace en el amanecer de un
Día de Reyes (seis de enero) de 1912, fundado en la necesidad de expresar la imaginación, el juego, la amistad y de compartir la alegría que por esas fechas reanima la vida. En una fina y exclusiva casa de citas de la ciudad, la casa de las señoritas Robby ubicada en la Calle Real (actual Carrera 25), el atrevimiento de don Ángel María López Zarama, afamado sastre de la ciudad, lo lleva a tomar la polvera francesa de una de las damas más solicitadas y procede a esparcir los polvos con perfume de mujer, entre todos los presentes con el grito de ¡Vivan los Blanquitos!. No tardaron los compañeros del maestro cortador, en ser víctimas primero y luego partícipes del juego. Luego, todos habrían de salir a la calle a repetir la broma con los desprevenidos parroquianos que salían de la Misa de Reyes de la iglesia de San Juan Bautista, repitiendo ¡Que vivan los Negros y que vivan los Blancos!,[2] expresión que bajo la custodia del Galeras, se insertará por siempre y con vigor en la esencia de los pastusos.
Sin embargo, otras culturas y expresiones contribuyen a la formación de la intrincada identidad de las expresiones festivas del Carnaval de Pasto. Este hecho lo caracteriza y diferencia entre otras expresiones similares.
Su génesis también encuentra arraigo en los rituales efectuados por los
Quillacingas cultura agraria, que, en época de cosecha honraban con danzas a la luna, y en otros rituales hacían rogativas al sol, para amparar sus cultivos.
Estas celebraciones, con la fusión e influencia de la cultura española dan origen al
sincretismo hispano religioso, que generan proto expresiones de lo que será el carnaval de Pasto. A comienzos del siglo XIX, las autoridades de la colonia prohíben estas fiestas para evitar los levantamientos indígenas, y hacia el 1834 reaparecen los festejos de indios con sus churumbeles, los mestizos con mascaradas y principalmente algarabías de vecinos, todas estas fiestas debidamente enmarcadas en el calendario religioso, principalmente con las festividades de la Virgen de las Mercedes (24 de septiembre) y de la Inmaculada Concepción de María (8 de diciembre).
En aquellas épocas, en víspera del
Día de Reyes también se realizaba festiva y espontáneamente el juego de negritos, principalmente entre blancos y mestizos, debido a la escasa presencia de población negra en Pasto, esta festividad contrastada por la extroversión de una comunidad caracterizada por una vida apacible y taciturna, que encontraba en esos días una oportunidad de romper lo establecido y liberar el espíritu.
Su origen fue un "asueto" a negros, originado en el Gran Cauca, comarca a la que pertenecía Pasto. En 1607 hubo una rebelión de esclavos en Remedios,
Antioquia que causó pánico entre las autoridades coloniales. Este evento era recordado por la numerosa población negra de Popayán quien demandaba un día de descanso en el cual ellos pudieran ser verdaderamente libres. Para conservar la paz social, la Corona Española concedió el día 5 de enero, para tal efecto:
“EL PRINCIPE, DÍA VACO PARA LOS NEGROS ESCLAVOS”. Agora entendyendo dicha relayón e solicitud de muchos esclavos negros de dicha provincia vengo a deciros a voz que se acoge paternalmente dicha solicitud y se dará día vaco enteramente a los negros y será el 5 de enero, víspera de la fiestas de las Santas Majestades y venerando estima a la Santa Majestad del Rey Negro. Fechada en Madrid. “Yo el Príncipe”.
[3]
Esta noticia fue dada a conocer por bando en Popayán y así fue como el 5 de enero, se declara día libre para las gentes de color; la población negra de la capital del Cauca salió a las calles a bailar al ritmo de la música africana y empezaron a pintar de negro las afamadas paredes blancas de esa población. Posteriormente esta costumbre se regó por el sur, tomando una inusitada fuerza en la fría ciudad de Pasto, donde cuenta el cronista José María Cordobés Moure, ya hay vestigios de que se jugaba hacia 1854.
Es así como se configura el génesis del juego de Negros y de Blancos de Pasto, y de este modo transcurriría su primera década, faltando sin embargo la inclusión de otras manifestaciones artísticas, como el desfile de las
carrozas, las comparsas y las murgas, que paulatinamente se irían uniendo a la celebración, para enriquecer y configurar la identidad de este carnaval
El Día de los Negros El 5 de enero está dedicado al día de los Negros. Durante esta jornada se conmemora el día en que los esclavos de origen africano tenían libre para dar rienda suelta a sus desahogos lúdicos y la gente juega y baila en las calles y en los lugares publicos de jolgorio a pintarse de negro, usando cremas cosméticas elaboradas con ese fin, aunque también se recurre a betunes y otras pinturas siliconadas de color negro. El motto de ese día es: Que vivan los Negros!
Por tradición, la Reina de los Carnavales, recorre la ciudad en una caravana, repartiendo cosmético e invitando a los visitantes ilustres a unirse al juego bajo la frase: ¡Una pintica por favor!, la cual se usaba en los primeros días del Carnaval.
La importancia de este día radica en que todo el colectivo urbano pastuso, desfoga sus deseos reprimidos, puesto que el cosmético les sirve, como
máscara y al mismo tiempo para homogeneizar a todas las clases sociales y grupos etnicos, como una sola gran familia asentada en las faldas del Taita Urcunina.
Durante toda la jornada se presentan variadas orquestas (tradición adoptada en los años 60's) en los diversos parques de la ciudad y los medios de comunicación locales (radio y TV) se dedican a visitar a los diversos talleres artesanales con el fin de descubrir los motivos que engalanarán el desfile de Carrozas del Día de Blancos.

El Día de los Blancos
Desfile de Carrozas, 6 de enero de 2006.
El
6 de enero esta ciudad ya no celebra más el Día de Reyes, sino el día de los Blancos o Día del Desfile Magno. En contraste con el día anterior, en esta fecha los pastusos se pintan de blanco generalmente con talco perfumado, usándose muy poco harina, cremas o pinturas cosméticas.
El evento o atracción principal, además de verbenas populares en las plazas y calles de la ciudad, es el gran desfile, de casi 7 km de largo en un sendero de aproximadamente 15 km, que recorre las calles del centro de la ciudad, la Plaza del Carnaval y parte de las avenidas de la periferia por la llamada Senda del Carnaval. La gran mayoría de los ciudadanos, más otros tantos miles de turistas y visitantes se vuelcan a las calles para presenciar este desfile, aplaudiendo y arrojando
confeti o serpentinas a los participantes, todos danzando al ritmo de canciones tradicionales y típicas, como La Guaneña, Trompo Sarandengue, Son Sureño, Chambú y el infaltable Sandoná del maestro Jorge Midero, así como sayas y en general composiciones andinas inéditas que se estrenan cada año. El motto de ese día es: Que vivan los Blancos! y en los últimos años se ha convertido en infaltable el de Viva Pasto Carajo!, pronunciado tanto por lugareños como por turistas.
El desfile está compuesto por:

Murga La Bomboná al finalizar el desfile del Carnaval de Negros y Blancos, enero de 2004. (Nótese el talco en sus disfraces.)
Disfraces individuales.
Comparsas a pie: grupos con disfraces y motivos alegóricos al carnaval
Murgas: agrupaciones de varias decenas de músicos.
Mini-carrozas: De hasta 6 x 12 metros de altura movidas por tracción manual o en bicicleta.
Carrozas de hasta 15 metros de altura x 20 metros de largo), llevadas encima de camiones o remolques, en las que comparsas compuestas por turistas o pastusos que pagan un derecho de pasaje por participar en ellas, portan un disfraz que identifica a cada carroza. Estas enormes construcciones rodantes se caracterizan por grandes figuras alegóricas o caricaturescas articuladas y con movimiento (avance implementado por el maestro Alfonso Zambrano), y por su diseño, acabados y complejidad pueden convertirse en verdaderas obras de arte. Esta parte del desfile es presidida por la reina del carnaval en su propia carroza (fuera de concurso).
El tiempo de construcción de una carroza para los artesanos es de aproximadamente 4 meses, debido a la complejidad de los diseños y motivos así como por sus acabados. En la elaboración de las carrozas, así como de máscaras o caretas, se utilizan las técnicas del
papel maché y cartón piedra, a las cuales en los últimos años se han añadido el empleo de la fibra de vidrio y la técnica de termoformado de polímeros ligeros, las cuales se emplean en la elaboración de diseños y motivos característicos que surgen de la imaginería popular, los mitos locales, las reivindicaciones sociales y las historias que hacen parte de la cultura nariñense.
El evento culmina con la entrega de premios a los participantes en el desfile por parte del gobierno local y de Corpocarnaval. La originalidad y a la calidad de dichas expresiones es evaluada por un jurado de expertos, nacionales y a veces internacionales, con conocimiento en artes plásticas y que garantizan no solo imparcialidad sino que la Carroza ganadora sea la más vistosa y representativa de la fiesta

No hay comentarios:

Publicar un comentario